Cinta de correr Salter
Póngase en forma de forma mucho más agradable con el remo Sole SR500, que cuenta con un movimiento de resistencia magnética y de aire ultrasuave para crear una sensación realista “sobre el agua”. Esta máquina de calidad incluye un largo raíl de aluminio que se adapta a múltiples usuarios de diferentes alturas. El diseño plegable, y las ruedas delanteras también hacen que este remo sea fácil de mover y almacenar, permitiendo a los usuarios flexibilidad para su uso.
Diseñado para la comodidad, conveniencia y fiabilidad, este remo también cuenta con una nueva forma avanzada de ajustar la resistencia durante el entrenamiento. Gracias a la tecnología inalámbrica, el SR500 incluye ajustes de resistencia en el manillar del remo. Esto proporciona a los usuarios la clara ventaja de mantener la intensidad del entrenamiento, mientras ajustan simultáneamente la resistencia, sin soltar el manillar. Se trata de una nueva tecnología que sólo se encuentra en el Sole SR500.
Además de la tecnología innovadora, el remo Sole tiene una posición de sentado alta que le permite subir y bajar de la máquina con facilidad y pedales ajustables que se adaptan a diferentes ángulos de talón. Elija entre una gran variedad de programas manuales y preestablecidos y vea las lecturas detalladas en la pantalla azul retroiluminada para sacar el máximo partido a su entrenamiento.
Aparatos de gimnasia
El remo de altas prestaciones tiene todas las características que necesita para un entrenamiento cardiovascular estimulante, utilizando más del 85% de los músculos con cada brazada. El diseño plegable y las ruedas incorporadas de esta máquina de remo inteligente facilitan su traslado para que pueda guardarla y utilizarla cómodamente. Los mandos del manillar, que se controlan con la punta de los dedos, le permiten cambiar entre 32 niveles de resistencia magnética para mantenerle en forma a medida que se fortalece. Mientras que nuestra aplicación interactiva le permite competir con otros remeros en la tabla de clasificación Echelon.
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Freidora de aire Salter
Imagínate la escena: sales de la cama, te pones la ropa de gimnasia y te miras al espejo con admiración. De repente, un par de toques en tu reflejo te conectan con tu profesora de yoga, que está retransmitiendo en directo a una clase de monitores virtuales desde un estudio a miles de kilómetros de distancia.
Puedes verte a ti mismo y a tu profesora en el espejo, y ella puede verte a ti y guiarte en tu rutina. Después, le das un golpecito al espejo y te metes en la ducha. No hay necesidad de desplazarse ni de charlar con los compañeros a primera hora de la mañana. ¿Es esto el nirvana del fitness?
Por futurista que parezca, ya es una realidad para algunos de los primeros estadounidenses en adoptarlo. Mirror, que se lanzó el pasado septiembre, está a la vanguardia de la revolución digital de los gimnasios en casa. Ofrece más de 50 clases en directo a la semana, desde Pilates hasta HIIT, cada una de ellas con instrucciones personales en tiempo real y un montón de datos biométricos. A un precio de 1.500 dólares, no es barato, y ayuda a explicar por qué el sector de los gimnasios en casa vale ahora 10.700 millones de libras, según la plataforma de análisis Alpha, y está previsto que casi se duplique para 2022.
Máquinas de gimnasio
A continuación se muestra la segunda de una colección de fotos raras de barcos construidos por Salter Bros Ltd alrededor de principios del siglo XX (c. 1900-1910). Algunas de ellas eran diapositivas utilizadas con fines promocionales. Incluyen algunas de las primeras lanchas motoras y embarcaciones con casco de acero construidas por la empresa, así como algunas embarcaciones construidas en el periodo de entreguerras, es decir, después del periodo eduardiano.
Embarcación auxiliar con tres niños mirando desde la ventana. El grafiti de la puerta dice “J Parsons es un tonto”. Los registros de empleo de la Primera Guerra Mundial muestran que J. A. Parsons era un antiguo dependiente de ultramarinos que vivía en Henley Street y que trabajó en Salters como cargador de carbón en el verano de 1916 (a los 29 años), tras haber sido rechazado para el servicio militar. No está claro si siguió trabajando para Salters. Otros tres Parsons trabajaron para la empresa durante el conflicto, entre ellos un tal I. R. Parsons, que podría ser el hermano de J. Parsons. El primero, que era ex soldado y un año más joven (vivía en Clark’s Row), dejó su puesto de cargador de carbón cuando llegó J. Parsons (lo que sugiere que uno había sustituido al otro).